How many actors have a shot at being involved with something that became part of pop culture? It's been very rewarding -- Adam WestHace exactamente 50 años se vio a Adam West enfundado por primera vez en la capucha azul.
Cuenta la leyenda
que el productor Willaim Dozier iba en un avión cuando por azares del destino
el numero 171 de Batman, donde se enfrentaba con The Riddler, cayó en las manos
del legendario productor y le vino la inspiración de convertirlo en una serie
de televisión. La realidad es que aunque Dozier sí leyó ese cómic en particular
– el primer episodio de la serie estaba parcialmente basado en él – lo hizo una
vez que la serie ya estaba siendo producida. La realidad, según Bob Kane, es
que ejecutivos de la ABC se interesaron en el proyecto cuando vieron uno de los
viejos seriales del 43 en la mansión Playboy, en una de las fiestas organizadas
por Hugh Hefner.
Eran los 60’s. La
década del Pop Art, de Roy Liechtenstein y de Andy Warhol. La época de la estética
conocida como “Camp”. Si había un momento exacto en el tiempo donde el
Encapotado podía ser parte integral del zeitgeist
de los tiempos, eran los 60’s.
Batman lo
necesitaba. Hacia un par de años habían llevado al titulo al editor Julie
Schwartz para que lo rescatara de las terribles ventas que estaba teniendo.
Julie eliminó todas esas locuras febriles que caracterizaban al Batman de los
50’s y se encargó de hacerlo más dinámico y moderno. Contrario a la creencia
popular, los títulos de Batman no estaban en riesgo de ser cancelados, pero
Batman si estaba en riesgo de ser olvidado; un segundón en los cómics cuyo
estatus en los cómics no se asemejaría para nada al que tiene en estos días.
Pero Adam West se
puso las mallas, y lo catapultó a la estratosfera.
Cada parte del
show se convirtió en figura indeleble de la cultura pop. El tema de Neal Hefti,
el batimóvil de George Barris, y los villanos. Cesar Romero nunca se rasuró el
bigote, pero eso no hizo ninguna diferencia para que su Joker sea todavía un estándar
con el cual todos los demás son juzgados. La sexualidad exuberante de Julie Newmar
que Michelle Pfeiffer y Anne Hathaway quisieron emular. ¿Frank Gorshin? Para
muchos, el Joker de Mark Hamill es la más grandiosa interpretación del
personaje que ha habido, y hasta no ver un episodio de la serie con Frank
Gorshin como Riddler es cuando nos damos cuenta lo mucho que Mark se inspiró en
la maniática y electrizante actuación de Frank.
¿Adam West? Todos
reconocemos el Batusi, pero la escena que lo precede lo supera en ingenio: un
mesero en un club nocturno le pregunta y Batman si le gustaría una mesa, a lo
que responde que no – “I wouldn’t want to
attract attention”. Con toda la honestidad y sinceridad del mundo.
Ese fue el genio
del show. Debajo de la capucha y las tramas formulaicas se escondía una
complejidad sutil; el sentido de aventura, los cliffhangers, los vistosos trajes y los villanos apelaban a los
niños, mientras que la gracia, la parodia y los dobles sentidos atraían a los
adultos. Es un acto difícil de balancear, que muy pocos lo han logrado.
Lo que muchos
fans olvidan es que a pesar de su tono, el show era una adaptación fiel al espíritu
de los cómics de la época. Gracias a Adam West y compañía, Batman se convirtió
en un icono mundial. Muchos rechazan al show por la sombra que tuvo en el
personaje y en la percepción de los cómics como tonterías para niños, pero
olvidan que 1966 era muy diferente al 2016, donde los superhéroes son el genero
más lucrativo en la industria del entretenimiento. Los superhéroes y los cómics,
después del boom de la Segunda Guerra Mundial y el ataque político que recibieron
en la década de los 50’s, estaban en decadencia. Quién sabe que hubiera pasado
sin el éxito de la serie, que mostró que los superhéroes podían ser bien
recibidos por niños y adultos.
Durante las décadas
por venir, creadores y fans se vieron enfrascados en una lucha sin cuartel
contra el legado del show. El productor Michael Uslan (quien todavía vemos en
los créditos de películas de Batman) se embarcó en una odisea de diez años para
llevar a Batman al cine con el expreso propósito de crear algo completamente
distinto a la serie – el elusivo y quimérico Verdadero Batman Oscuro, mientras
que en los cómics, Frank Miller convirtió su desprecio hacia esa visión de
Batman en The Dark Knight Returns.
Todos ellos
pierden el punto. Batman es un personaje obsesivo cuya torturada psique fue
permanente marcada cuando sus padres fueron asesinados brutalmente… y decidió
combatir el crimen en mallas vestido de roedor alado. Ignorar o desestimar el
sublime ridículo de su ejecución por la complejidad psicológica de su trasfondo
es reducir el personaje a un cuadrado de dos dimensiones; Batman no es un
cuadrado. Es un prisma tridimensional.
Sin el Batman que
dispensaba muerte desde el cielo de Bill Finger y Bob Kane no tenemos el Batman
que combate el crimen con un niño de colorido atuendo (también de Finger y
Kane) y sin él no tenemos al Batman del Planeta X que se disfraza de cebra; sin
él, no hay Caballero Oscuro de Neal Adams y Denny O’Neil. Sin Batman de Adam West no hay Batman de Tim Burton y sin Batman de Tim Burton no hay The Dark Knight, posiblemente la mejor película
de superhéroes que se ha hecho.
El Batman que
conocemos se ha desarrollado dentro de un espectro de interpretaciones que ha
sido una constante lucha entre esos aspectos – la luz y la oscuridad; una
deconstrucción constante que ha dado como resultado un personaje mucho más
fuerte gracias a esa fricción entre dos fuerzas opuestas. Y se debe en gran
medida al Batman de 1966.
Estamos en uno de
los mejores momentos para apreciar esta parte tan importante del mito de
Batman. Después de años de que el show estuviera en un limbo legal, por fin se
puede adquirir en el formato de su preferencia. Hay una multitud de juguetes y mercancía
para adornar sus repisas. Dense una vuelta a donde sea que adquieren películas y
series y busquen esta maravillosa serie; si es la primera vez en décadas que
vuelven a ella, véanla con otros ojos. Con los ojos de alguien que sabe
apreciar una parte importante de la historia de Batman y no con nociones adolescentes
de lo que debe de ser un Batman “oscuro e importante”. Véanla con los ojos de
un Verdadero Fan de Batman, porque
no se es un verdadero fan hasta que se aprecia la majestuosidad de esas baterías
atómicas a toda potencia.
La bati-hora eran
las 7:30PM (hora del Este) y el bati-canal era ABC, o una de sus afiliadas. El bati-año era 1966. Y Batman nunca volvió a
ser igual.
--Héctor
(Gracias especiales a Linda Burns, Les Daniels y, obviamente, a Adam West, Burt Ward y a todos los demás)