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    martes, 12 de enero de 2016

    Atomic Batteries to Power - 50 años de Batman

    How many actors have a shot at being involved with something that became part of pop culture? It's been very rewarding -- Adam West
    Hace exactamente 50 años se vio a Adam West enfundado por primera vez en la capucha azul.

    Cuenta la leyenda que el productor Willaim Dozier iba en un avión cuando por azares del destino el numero 171 de Batman, donde se enfrentaba con The Riddler, cayó en las manos del legendario productor y le vino la inspiración de convertirlo en una serie de televisión. La realidad es que aunque Dozier sí leyó ese cómic en particular – el primer episodio de la serie estaba parcialmente basado en él – lo hizo una vez que la serie ya estaba siendo producida. La realidad, según Bob Kane, es que ejecutivos de la ABC se interesaron en el proyecto cuando vieron uno de los viejos seriales del 43 en la mansión Playboy, en una de las fiestas organizadas por Hugh Hefner.



    Eran los 60’s. La década del Pop Art, de Roy Liechtenstein y de Andy Warhol. La época de la estética conocida como “Camp”. Si había un momento exacto en el tiempo donde el Encapotado podía ser parte integral del zeitgeist de los tiempos, eran los 60’s.  

    Batman lo necesitaba. Hacia un par de años habían llevado al titulo al editor Julie Schwartz para que lo rescatara de las terribles ventas que estaba teniendo. Julie eliminó todas esas locuras febriles que caracterizaban al Batman de los 50’s y se encargó de hacerlo más dinámico y moderno. Contrario a la creencia popular, los títulos de Batman no estaban en riesgo de ser cancelados, pero Batman si estaba en riesgo de ser olvidado; un segundón en los cómics cuyo estatus en los cómics no se asemejaría para nada al que tiene en estos días.

    Pero Adam West se puso las mallas, y lo catapultó a la estratosfera.



    Cada parte del show se convirtió en figura indeleble de la cultura pop. El tema de Neal Hefti, el batimóvil de George Barris, y los villanos. Cesar Romero nunca se rasuró el bigote, pero eso no hizo ninguna diferencia para que su Joker sea todavía un estándar con el cual todos los demás son juzgados. La sexualidad exuberante de Julie Newmar que Michelle Pfeiffer y Anne Hathaway quisieron emular. ¿Frank Gorshin? Para muchos, el Joker de Mark Hamill es la más grandiosa interpretación del personaje que ha habido, y hasta no ver un episodio de la serie con Frank Gorshin como Riddler es cuando nos damos cuenta lo mucho que Mark se inspiró en la maniática y electrizante actuación de Frank.



    ¿Adam West? Todos reconocemos el Batusi, pero la escena que lo precede lo supera en ingenio: un mesero en un club nocturno le pregunta y Batman si le gustaría una mesa, a lo que responde que no – “I wouldn’t want to attract attention”. Con toda la honestidad y sinceridad del mundo.

    Ese fue el genio del show. Debajo de la capucha y las tramas formulaicas se escondía una complejidad sutil; el sentido de aventura, los cliffhangers, los vistosos trajes y los villanos apelaban a los niños, mientras que la gracia, la parodia y los dobles sentidos atraían a los adultos. Es un acto difícil de balancear, que muy pocos lo han logrado.



    Lo que muchos fans olvidan es que a pesar de su tono, el show era una adaptación fiel al espíritu de los cómics de la época. Gracias a Adam West y compañía, Batman se convirtió en un icono mundial. Muchos rechazan al show por la sombra que tuvo en el personaje y en la percepción de los cómics como tonterías para niños, pero olvidan que 1966 era muy diferente al 2016, donde los superhéroes son el genero más lucrativo en la industria del entretenimiento. Los superhéroes y los cómics, después del boom de la Segunda Guerra Mundial y el ataque político que recibieron en la década de los 50’s, estaban en decadencia. Quién sabe que hubiera pasado sin el éxito de la serie, que mostró que los superhéroes podían ser bien recibidos por niños y adultos.

    Durante las décadas por venir, creadores y fans se vieron enfrascados en una lucha sin cuartel contra el legado del show. El productor Michael Uslan (quien todavía vemos en los créditos de películas de Batman) se embarcó en una odisea de diez años para llevar a Batman al cine con el expreso propósito de crear algo completamente distinto a la serie – el elusivo y quimérico Verdadero Batman Oscuro, mientras que en los cómics, Frank Miller convirtió su desprecio hacia esa visión de Batman en The Dark Knight Returns.



    Todos ellos pierden el punto. Batman es un personaje obsesivo cuya torturada psique fue permanente marcada cuando sus padres fueron asesinados brutalmente… y decidió combatir el crimen en mallas vestido de roedor alado. Ignorar o desestimar el sublime ridículo de su ejecución por la complejidad psicológica de su trasfondo es reducir el personaje a un cuadrado de dos dimensiones; Batman no es un cuadrado. Es un prisma tridimensional.

    Sin el Batman que dispensaba muerte desde el cielo de Bill Finger y Bob Kane no tenemos el Batman que combate el crimen con un niño de colorido atuendo (también de Finger y Kane) y sin él no tenemos al Batman del Planeta X que se disfraza de cebra; sin él, no hay Caballero Oscuro de Neal Adams y Denny O’Neil. Sin Batman de Adam West no hay Batman de Tim Burton y sin Batman de Tim Burton no hay The Dark Knight, posiblemente la mejor película de superhéroes que se ha hecho.




    El Batman que conocemos se ha desarrollado dentro de un espectro de interpretaciones que ha sido una constante lucha entre esos aspectos – la luz y la oscuridad; una deconstrucción constante que ha dado como resultado un personaje mucho más fuerte gracias a esa fricción entre dos fuerzas opuestas. Y se debe en gran medida al Batman de 1966.

    Estamos en uno de los mejores momentos para apreciar esta parte tan importante del mito de Batman. Después de años de que el show estuviera en un limbo legal, por fin se puede adquirir en el formato de su preferencia. Hay una multitud de juguetes y mercancía para adornar sus repisas. Dense una vuelta a donde sea que adquieren películas y series y busquen esta maravillosa serie; si es la primera vez en décadas que vuelven a ella, véanla con otros ojos. Con los ojos de alguien que sabe apreciar una parte importante de la historia de Batman y no con nociones adolescentes de lo que debe de ser un Batman “oscuro e importante”. Véanla con los ojos de un Verdadero Fan de Batman, porque no se es un verdadero fan hasta que se aprecia la majestuosidad de esas baterías atómicas a toda potencia.



    La bati-hora eran las 7:30PM (hora del Este) y el bati-canal era ABC, o una de sus afiliadas.  El bati-año era 1966. Y Batman nunca volvió a ser igual.

     --Héctor 

    (Gracias especiales a Linda Burns, Les Daniels y, obviamente, a Adam West, Burt Ward y a todos los demás)
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