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    domingo, 27 de marzo de 2016

    Batman v Superman es una experiencia miserable



    Hace unos 400 años, el Bardo de Avon escribió estas inmortales palabras: 

    “It is a tale told by an idiot, full of sound and fury, signifying nothing” 

    El viejo Shax se refería a la vida, pero eso es porque, maldito suertudote, no alcanzó a ver Batman v Superman: Dawn of Justice. Ostensiblemente, la frase se podría usar también para referirse a la anterior entrega del director Zack Snyder en el universo DC en el cine – la execrable (si está leyendo esto un fan de Zack Synder, la palabra significa “mala”) Man of Steel – o a alguno de los asaltos sensoriales que Michael Bay intenta hacer pasar por películas, ninguna de esa películas tiene la ambición desmedida de Batman v Superman: Dumb of Justice. No puedo recordar otra cinta en la que las altas aspiraciones de su cineasta fracasaran de una manera tan miserable. Es una película que falla de una manera tan estrepitosa y espectacular como adaptación porque su director es incapaz de siquiera considerar la existencia de la nobleza y el heroísmo como conceptos. Fracasa como exploración de todos aquellos pretenciosos conceptos que intenta elucidar porque lo hace de una manera risible, infantil y superficial, y, esto algo que hay que enfatizar, fracasa como película porque sencillamente es difícil de soportar. 

    Enumeremos las maneras. 

    La idea de que una historia de superhéroes debe de ser oscura para ser catalogada como “madura” nace del trabajo de Alan Moore y Frank Miller en los cómics durante la década de los 80s, aunque el templete para el cine se le acredita al cineasta Christopher Nolan en la anterior trilogía dedicada a Batman. Sin embargo, una multitud de autores desde entonces no entendieron el punto de Moore y Miller; y ahora Snyder se encarga de hacer algo similar con Nolan. Dicha “oscuridad” era producto de sus temáticas, no el punto principal de la obra, ni lo que las convertía en “maduras”. Enfatizar la “oscuridad”, el GRIMDARK, es juvenil y adolescente; un patético facsímil de verdadera complejidad, y eso fue lo que dichos autores mal encausados reprodujeron, y eso es justo lo que Zack Snyder hace en esta cinta. Snyder pretende substituir trasfondo emocional y temático por vistosas coreografías, brutales enfrentamientos de decadente CGI y la quijada – si las quijadas se tradujeran en calidad, esta película ganaría todos los óscares - apretada de Ben Affleck mientras asesina uno que otro maleante. 

    Batman llamando a Batman


    Sí. Este Batman mata. ¿A quién le importa? Soy un firme creyente que un Batman asesino es una de las peores cosas que se le puede hacer al personaje pero para este punto es irrelevante. ¿Seria una mejor película si Batman no matara? No. Es una afirmación ridícula. Una visión tan venenosa y tóxica no puede ser purificada de una manera tan sencilla porque el problema está en los cimientos de esta visión retorcida y decadente del Universo DC. 

    A menos de que hayan vivido sin internet los últimos años, seguro conocen este baile: la contrastante opinión dividida de Man of Steel hizo que ambos bandos fueran incapaces de aceptar que muchas personas tenían razones perfectamente validas para detestar esa película mientras que el otro lado tenia una mentalidad fanboyesca de adolescente idiota adicto a la pornodestrucción. 

    La cinta funciona en parte como respuesta a esa reacción: una apología que demuestra la, francamente asombrosa, capacidad del director para no entender las criticas que se le hicieron a su trabajo. En Batman v Superman: Dork of Justice vemos constantes referencias a cómo los lugares donde nuestros putativos héroes pelean se encuentran desiertos. Las criticas no eran al respecto de las miles de personas imaginarias que imaginariamente murieron en la pelea de Superman vs Zod, sino la distante indiferencia con la que Superman trataba al posible daño colateral. 

    El unico dano colateral fue el cine


    El problema es que el hacer que los “héroes” peleen en una isla desierta o que Superman intente llevar a su enemigo al espacio (para poder hacer un homenaje sin contexto a Miller, como los otros 30 que hace, porque Snyder es incapaz de entender dónde radicaba el poder de Dark Knight Returns) no sirve de mucho. Tal vez calle los lamentos sobre los inocentes muertos imaginarios, pero no soluciona el hecho de que, a pesar que Snyder intenta imprimir un sello operático y mitológico a los procedimientos lleno de sturm und drang, la impresión que da es que tiene un conocimiento de los clásicos tan pueril y púber como el de Lex Luthor contando la historia de Prometeo de una manera hilarantemente equivocada. 

    A muchas personas les incomoda en sus partes privadas que se compare a esta cinta con las entregas de Marvel Studios, como si esas fueran dirigidas solo a niños que les gusta ver pelear a tipos en mallas y estas fueran un profundo estudio del impacto social de los superhéroes, así que no hagamos eso. Vamos a compararla con la película que sentó el tono que Snyder trata de copiar de manera tan incompetente: The Dark Knight. Las diferencias no podrían ser más contrastantes, y en ningún lugar se nota más que en las peleas climáticas de ambas cintas. La confrontación final de Batman y Joker no es, como el mismo villano lo indica, acerca de quién tira los mejores puñetazos. Es una confrontación ideológica que va más allá de el Bien y el Mal representado por ambos personajes. Batman gana no tirando la mejor patada, sino dando a las personas de Gotham tiempo para demostrar la bondad intrínseca que cree reside en las personas. Esa pelea es fascinante por que es sobre algo

    Las peleas de Batman v Superman: Bore of Justice, por su parte, son sobre un par de imbéciles que se la pasan posando para ver quien es más macho mientras pasan suficientes minutos de las interminables dos horas y media que dura la película para que aparezca la bola de caca CGI e inexplicablemente olviden sus pobremente esquematizadas diferencias y se pongan a pelear del mismo lado. 

    Es una metafora


    Creo que sería mejor que se comparará con alguna de Marvel Studios... 

    Intenta ser madura, con todo su corazón, pero parece que tiene un entendimiento de la larga tradición deconstructiva de los cómics de un niño que leyó Watchmen a los 12 años y no entendió de lo que se trataba. 

    Apropiado, porque justo así se puede describir la adaptación de Watchmen también. 

    Batman v Superman: Dump of Stupid no tiene personajes. Tiene maniquíes cuyo único propósito en la trama es pontificar mientras disfrutan el sonido de su propia voz, porque vaya que si hablan. Hablan y hablan sin decir nada inteligente y que se tratan a sí mismos como si estuvieran examinando los más trascendentes y penetrantes problemas filosóficos de la humanidad. El peor caso es, obviamente, Lex Luthor, una insoportable copia de quinta del Joker de Heath Ledger que sirve solo para decir estupideces como “sabemos que los demonios vienen desde el cielo” mientras Jesse Esienberg intenta hacer pasar tics y manierismos por actuación. Pero difícilmente es el único. Cada vez que no está frunciendo el ceño para verse bien rudo, Bruce Wayne trata de convencernos que hay que matar a Superman, incluyendo la conocida y matemáticamente dudosa diatriba del uno por cierto siendo absoluta certeza. Como Luthor, las acciones de Batman están pobremente definidas, y aunque se la pasan tratando de convencernos sobre los peligros de Superman, jamás logran darnos un por qué de sus acciones. 

    Cuestionar a Superman es algo que la película hace mucho, porque hace tiempo nos dimos cuenta que Snyder no cree en el personaje y lo quiere rebajar a su nivel. No es sorpresa que mientras todos pueden dar su punto de vista sobre Superman, a este jamás se le da una oportunidad de defenderse. Esto, al menos, es una caracterización consistente con Man of Steel, porque recordaremos que en esa cinta fue un idiota sin agencia o voluntad propia cuyas decisiones eran tomadas por sus papás o sus enemigos. 

    Ahora bien, esto no es necesariamente una crítica de Henry Cavill o Ben Affleck. Ninguno de los dos tiene amplias dotes como actor, pero ambos han demostrado que pueden hacer más que verse perpetuamente estreñidos con un mejor material; y en la promoción de la cinta muestran una química personal que Zack Snyder hizo todo lo posible por eliminar. 

    Si la película es repulsiva por el odio que Snyder le tiene a la naturaleza del heroísmo, y vana ya que no tiene el talento para alcanzar esa complejidad que pretende, lo que la hace sentir como una carga, como algo que se tiene que soportar, es lo pésimamente estructurado que esta el guion, donde frecuentemente se sustituyen motivaciones y desarrollo de personajes por incomprensibles alucinaciones; con secuencias aleatoriamente conectadas que se hacen pasar por trama. Hay una “historia” en la que se usa a Lois Lane – uno de los otrora puntos altos de Man of Steel – para reducirla a un elemento mágico del guion que sólo existe para ser salvada y guiar a la audiencia en lo que supuestamente es un plan súper malévolo de Luthor para inculpar a Superman que es difícil de seguir, no porque sea una muestra de gran complejidad, sino porque la narrativa de Snyder está llena de baches que pretende esconder con un ritmo de edición frenético. 

    De hecho, se podría decir que la película confía en la estupidez de sus protagonistas para mover la trama. Confía que Lex Luthor es demasiado estúpido como para usar armas que sólo pueden ser rastreadas a Lexcorp, y este confía que el mundo es lo suficientemente estúpido como para culpar a Superman de las muertes en África con armas de fuego a pesar de que todos sabemos que Supes mata de una manera mucho más personal. También se tiene plena confianza que Batman, el mejor detective del mundo, va a ser constantemente engañado hasta llevarlo a pelear con Superman. 

    Eso sí, no aceptare criticas sobre las circunstancias del noble sacrificio de Superman para detener a Doomsday. Después de todo, ¿qué mas podía hacer? No es como si hubiera alguna otra persona con súper poderes demostrados y una habilidad para las armas antiguas que pudiera usar la lanza y que no tuviera debilidad a la kryptonita. ¿Qué más se puede hacer con una lanza mas que acercarse lo más posible al enemigo para usarla. 

    Si tan solo se pudiera canalizar la idiotez de esta película y convertirla en energía, la humanidad alcanzaría las estrellas. 

    A pesar de las ínfulas de grandeza, el propósito de esta cinta es puramente comercial: establecer los fundamentos de la Liga de la Justicia. Esto se hace mediante tres elementos. El primero es la premonición mágica de Batman donde tiene un sueño dentro de un sueño. Aquí es donde se ve un futuro conquistado por Darskseid y mal CGI, con un Batman que usa armas de fuego para matar a sus enemigos y con Superman actuando como un alíen déspota y alejado de su humanidad, lo cual podría pensarse que es un futuro distópico de no ser porque no hay mucha diferencia con el presente. Batman despierta para recibir un mensaje de alerta del Flash del futuro, antes de volverse a despertar. 

    Es como Inception, pero tonto. 

    Tenemos además los archivos de Zuckerlex, con videos de Cyborg, Aquaman y Flash. Todos con sus bonitos logos cuidadosamente diseñados por Lex demostrando que es mucho mejor para el fotochop que para inculpar a Superman. 

    El tercero es, claro, Wonder Woman. Una de las partes altas de la película. No porque sea una parte esencial o bien pensada, claro que no, Bruce se la pasa encontrándose con ella sin ningún motivo aparente hasta que Snyder la usa como Deux Ex Machina para salvar a Batman de una muerte segura, sino porque es un bienvenido descanso del tedio del resto de la película, y al menos ella no siente la necesidad de lanzar diatribas sin significado. Es una muestra de las capacidades de esta película para dramatizar a sus personajes que el mejor recibido es el que no recibió más caracterización que verse bien en un vestido de noche y que sabe usar una espada. 

    1 minuto de los 150 no fue tan malo


    ¿Además de ella, tiene alguna otra cualidad redentora la película? Alfred, al menos, es muy bueno. De ser en su concepción original un idiota que descubre por accidente las identidades de Batman y Robin se convirtió en el padre substituto de Bruce y el elemento más importante e imprescindible de sus operaciones como Batman, y esto último es la primera vez que lo vemos adaptado en un medio. Y una vez que Ben Affleck deja de decir diálogos de Frank Miller cuya resonancia emocional ni la película ni los personajes se han ganado y se une a Superman gracias a la compleja, profunda y completamente lógica razón de sus mamás teniendo el mismo nombre se da un vistazo de lo que estos héroes podrían hacer juntos que es casi inmediatamente arrebatado gracias a que decidieron adaptar The Death of Superman para tener que algo que hacer en los primeros 5 minutos de Justice League

    Tal vez algún día Warner Bros. No sienta la necesidad de metafórica y literalmente sacrificar a los iconos atemporales de DC Comics en pos de una fraudulenta y espuria modernización. Tal vez algún día contraten a alguien que entienda el significado de la S que Superman lleva en el pecho como Christopher Nolan lo hizo con el Murciélago. 

    Como vimos con Batdumb v Stupidman: Yawn of the Dimwits, ese día no fue hoy.

    --Hector
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