Sin embargo, como en todas las cosas, existe el otro lado de
la moneda, y en estos casos, el reverso de dicha moneda desemboca en las peores
decepciones que pueden existir. Cuando algo tan amado y bien recordado por los
fans es pisoteado, ridiculizado o cuando menos no le hace justicia a dicho
recuerdo (sin ponernos a analizar si ese amor era justificado o no). La
decepción que aquello desencadena es de niveles estratosféricos.
Dragon Ball es de esos traviesos recuerdos que
inmediatamente se colocaron entre las memorias más más sagradas para una
generación de fans que sobrepasó las barreras elitistas del anime. Montones de
personas que no son necesariamente reconocidos como fans exclusivos de dicho
medio se adentraron en la ridícula historia de un niño con cola de mono y fuerza
super humana que deambulaba por el mundo metiéndose en un sinfín de aventuras,
todas ellas relacionadas principalmente con los golpes y las peleas que fueron
aumentando exponencialmente hasta convertirse en batallas donde el destino del
universo estaba en juego.
Como muchas historias famosas, el final quedaba abierto a
una posible continuación y aunque dicha continuación en realidad si llegaría
con el fatídico y profundamente odiado Dragon Ball GT, ese intento fallido
dejaría un gran sentimiento de insatisfacción en la mente colectiva de los
fans. Es precisamente por eso que el anuncio del renacimiento de la franquicia
fue tomado con tal alegría y expectación. La película de la Batalla de los
Dioses (criticada solo por posers de inconmensurable mal gusto) traería de
vuelta a tan afamados personajes justo en el momento donde más brillaban, el
momento ideal para retomar la historia.
A pesar de los defectos y sin sentidos que tuviera la segunda
película, el hype no bajaría y mucho menos tomando en cuenta el anuncio que
seguiría: Una nueva serie de Dragon Ball. Por fin una nueva serie “de verdad”
que retomaría la historia y nos entregaría nuevas y emocionantes aventuras
donde seguramente aprovecharían para llenar los huecos dejados en el camino
entre ambas películas. No se podía pedir más.
Es aquí cuando comienzan los sinsabores. La serie en sus
primeros dos episodios resultó realmente entretenida, bañada en esa peligrosa
nostalgia pero nos dejaba una duda sobre la mesa: la bendita continuidad.
Parecía como si de alguna manera se contradijera con los eventos de la primer
película. A esas alturas los más versados en el tema tenían la respuesta, esa
absurda y ridícula respuesta que hasta ahora no tiene justificación alguna:
Dragon Ball Super retomaría y re-contaría exactamente la misma historia y
eventos desarrollados en Batalla de los Dioses.
Las críticas posteriores no tardarían mucho en salir a
flote. Pero más que eso, los reclamos se fueron hacía otro aspecto, y esto fue
debido a la calidad de la animación, dibujos y en general la calidad de la
serie. Los dibujos en algunos episodios eran horrendos y la correspondiente
animación hacía parecer como obras de arte a las parodias que abundan en
internet. Aunado a esto, la lentitud en que se desarrollaba la historia rallaba
en lo insoportable.
Es momento de hacer una aclaración. Dragon Ball, la serie
(que comprende DB, DBZ e incluso DBGT) se caracterizaba entre otras cosas por
su repetitividad y lentitud en la narrativa (quien podría olvidar la batalla de
los 5 minutos que duró como 10 episodios). Por eso a algunos (ignorantes y fans
a ultranza, básicamente seres despreciables) les resulta incoherente quejarse
de algo que ocurría recurrentemente en la serie original. Recordemos pues que
ésta serie retoma lo que ya habíamos visto en una película de hora y media (y
de forma estupenda, cabe decir) y lo alarga hasta el extremo, deformándolo y
diseminándolo a lo largo de 14 soporíferos capítulos de 20-y-tantos minutos. Así
que en resumen, la tan esperada nueva serie de Dragon Ball resultó ser aburrida,
predecible y repetitiva llegando a lo desesperante, eso sin mencionar que los
eventos que vimos en la película fueron mucho mejor llevados. La película nos
había entregado una historia emocionante, divertida, excelentemente bien animada,
tenía un propósito claro e inclusive contaba con un Soundtrack épico y acorde a
la batalla que se estaba librando mientras que en la serie básicamente todas
las lecciones pasaron de largo, los personajes perdieron la gracia y en
términos generales careció de emotividad y sentido. Y se trataba de la misma
historia. Podría recurrir a la ridícula práctica de enlistar cada uno de los
aspectos en los que la Batalla de los Dioses es infinitamente superior a Dragon
Ball Super pero sería perder el tiempo, a menos claro que por ahí alguien me la
solicite :P
Explicaciones sobran. Que necesitaban tiempo para
desarrollar la historia, que el dinero invertido en las animaciones de la
compañía es paupérrimo, que a fuerzas necesitaban primero sacar el manga. Todas
esas explicaciones (pretextos más bien) resultan insuficientes para el desastre
que tenemos en las manos. Para colmo de males, todo indica que el plan es
seguir con la misma tónica para abarcar de la misma manera los sucesos de la
segunda película: la Resurrección de Freezer, así que tendremos alrededor de 5
episodios de relleno (curiosamente los capítulos de relleno han sido los
episodios más rescatables de la serie) que conectarán directamente a los
eventos de dicha historia que ya conocemos y que seguramente volverán a
contarnos con mayores deficiencias aún que las vistas en la pantalla grande.
Quienes han seguido el manga (que va más adelantado que el
anime) comentan que de hecho la historia si va a tener algunos cambios
importantes relacionados principalmente con los otros dioses de la destrucción.
Solo nos queda esperar y desear que las cosas mejoren al paso de los episodios.
Por lo pronto la serie, en su primer arco, se lleva la
penosa calificación de 1/5 rayito en mi botesómetro, y si me doy la libertad de
darles un consejo sería el siguiente: Vean los dos primeros episodios (hagan
caso omiso a las apariciones de Bills y Wiss), luego metan Batalla de los
Dioses y posteriormente brínquense hasta el episodio 15, no necesitan ver esos
muy tristes episodios restantes, no valen la pena. Tan sencillo como eso.
My two cents.
#BotePower
Nota: No olviden leer la segunda parte de la mágica aventura de Bote en el mundo de Dragon Ball.
#BotePower
Nota: No olviden leer la segunda parte de la mágica aventura de Bote en el mundo de Dragon Ball.