Cronicas

728x90 AdSpace

  • Noticias

    miércoles, 8 de junio de 2016

    El Botesómetro Presenta: Dragon Ball Super - Bills (Parte 1)


    Ahh la nostalgia, un arma que ha demostrado ser de las más poderosas en el Multiverso. Un poder que nos lleva a límites insospechados. Que nos obliga a consumir productos sin importar, muchas veces, la calidad del mismo. Que nubla nuestra visión, pensamientos y objetividad y que provoca que nuestro fanatismo llegue a niveles espeluznantes. Esa señores, es el arma del nuevo milenio. Pocas estrategias que garanticen más ganancias que la nostalgia.

    Sin embargo, como en todas las cosas, existe el otro lado de la moneda, y en estos casos, el reverso de dicha moneda desemboca en las peores decepciones que pueden existir. Cuando algo tan amado y bien recordado por los fans es pisoteado, ridiculizado o cuando menos no le hace justicia a dicho recuerdo (sin ponernos a analizar si ese amor era justificado o no). La decepción que aquello desencadena es de niveles estratosféricos.

    Dragon Ball es de esos traviesos recuerdos que inmediatamente se colocaron entre las memorias más más sagradas para una generación de fans que sobrepasó las barreras elitistas del anime. Montones de personas que no son necesariamente reconocidos como fans exclusivos de dicho medio se adentraron en la ridícula historia de un niño con cola de mono y fuerza super humana que deambulaba por el mundo metiéndose en un sinfín de aventuras, todas ellas relacionadas principalmente con los golpes y las peleas que fueron aumentando exponencialmente hasta convertirse en batallas donde el destino del universo estaba en juego.

    Como muchas historias famosas, el final quedaba abierto a una posible continuación y aunque dicha continuación en realidad si llegaría con el fatídico y profundamente odiado Dragon Ball GT, ese intento fallido dejaría un gran sentimiento de insatisfacción en la mente colectiva de los fans. Es precisamente por eso que el anuncio del renacimiento de la franquicia fue tomado con tal alegría y expectación. La película de la Batalla de los Dioses (criticada solo por posers de inconmensurable mal gusto) traería de vuelta a tan afamados personajes justo en el momento donde más brillaban, el momento ideal para retomar la historia.

    A pesar de los defectos y sin sentidos que tuviera la segunda película, el hype no bajaría y mucho menos tomando en cuenta el anuncio que seguiría: Una nueva serie de Dragon Ball. Por fin una nueva serie “de verdad” que retomaría la historia y nos entregaría nuevas y emocionantes aventuras donde seguramente aprovecharían para llenar los huecos dejados en el camino entre ambas películas. No se podía pedir más.

    Es aquí cuando comienzan los sinsabores. La serie en sus primeros dos episodios resultó realmente entretenida, bañada en esa peligrosa nostalgia pero nos dejaba una duda sobre la mesa: la bendita continuidad. Parecía como si de alguna manera se contradijera con los eventos de la primer película. A esas alturas los más versados en el tema tenían la respuesta, esa absurda y ridícula respuesta que hasta ahora no tiene justificación alguna: Dragon Ball Super retomaría y re-contaría exactamente la misma historia y eventos desarrollados en Batalla de los Dioses.

    Las críticas posteriores no tardarían mucho en salir a flote. Pero más que eso, los reclamos se fueron hacía otro aspecto, y esto fue debido a la calidad de la animación, dibujos y en general la calidad de la serie. Los dibujos en algunos episodios eran horrendos y la correspondiente animación hacía parecer como obras de arte a las parodias que abundan en internet. Aunado a esto, la lentitud en que se desarrollaba la historia rallaba en lo insoportable.

    Es momento de hacer una aclaración. Dragon Ball, la serie (que comprende DB, DBZ e incluso DBGT) se caracterizaba entre otras cosas por su repetitividad y lentitud en la narrativa (quien podría olvidar la batalla de los 5 minutos que duró como 10 episodios). Por eso a algunos (ignorantes y fans a ultranza, básicamente seres despreciables) les resulta incoherente quejarse de algo que ocurría recurrentemente en la serie original. Recordemos pues que ésta serie retoma lo que ya habíamos visto en una película de hora y media (y de forma estupenda, cabe decir) y lo alarga hasta el extremo, deformándolo y diseminándolo a lo largo de 14 soporíferos capítulos de 20-y-tantos minutos. Así que en resumen, la tan esperada nueva serie de Dragon Ball resultó ser aburrida, predecible y repetitiva llegando a lo desesperante, eso sin mencionar que los eventos que vimos en la película fueron mucho mejor llevados. La película nos había entregado una historia emocionante, divertida, excelentemente bien animada, tenía un propósito claro e inclusive contaba con un Soundtrack épico y acorde a la batalla que se estaba librando mientras que en la serie básicamente todas las lecciones pasaron de largo, los personajes perdieron la gracia y en términos generales careció de emotividad y sentido. Y se trataba de la misma historia. Podría recurrir a la ridícula práctica de enlistar cada uno de los aspectos en los que la Batalla de los Dioses es infinitamente superior a Dragon Ball Super pero sería perder el tiempo, a menos claro que por ahí alguien me la solicite :P

    Explicaciones sobran. Que necesitaban tiempo para desarrollar la historia, que el dinero invertido en las animaciones de la compañía es paupérrimo, que a fuerzas necesitaban primero sacar el manga. Todas esas explicaciones (pretextos más bien) resultan insuficientes para el desastre que tenemos en las manos. Para colmo de males, todo indica que el plan es seguir con la misma tónica para abarcar de la misma manera los sucesos de la segunda película: la Resurrección de Freezer, así que tendremos alrededor de 5 episodios de relleno (curiosamente los capítulos de relleno han sido los episodios más rescatables de la serie) que conectarán directamente a los eventos de dicha historia que ya conocemos y que seguramente volverán a contarnos con mayores deficiencias aún que las vistas en la pantalla grande.

    Quienes han seguido el manga (que va más adelantado que el anime) comentan que de hecho la historia si va a tener algunos cambios importantes relacionados principalmente con los otros dioses de la destrucción. Solo nos queda esperar y desear que las cosas mejoren al paso de los episodios.

    Por lo pronto la serie, en su primer arco, se lleva la penosa calificación de 1/5 rayito en mi botesómetro, y si me doy la libertad de darles un consejo sería el siguiente: Vean los dos primeros episodios (hagan caso omiso a las apariciones de Bills y Wiss), luego metan Batalla de los Dioses y posteriormente brínquense hasta el episodio 15, no necesitan ver esos muy tristes episodios restantes, no valen la pena. Tan sencillo como eso.

    My two cents.

    #BotePower

    Nota: No olviden leer la segunda parte de la mágica aventura de Bote en el mundo de Dragon Ball.
    • Facebook
    Scroll to Top