Director: Josh Trank
Escritores: ¿A quién le importa? No Stan Lee o Jack Kirby, eso es seguro.
Director de Fotografía: ¿Tuvo?
Actores: Reg E. Cathey, Michael B. Jordan y otros bultos.
Música: Los únicos dos con excepción de Cathey que fueron competentes: Beltrami y Glass
Año: 2015
Después de que la secuela del anterior intento de la Fox de llevar a los Fantastic Four a la pantalla tuviera una recepción decepcionante, el estudio….
El estudio…
Eh. No importa. ¿Para qué intentar hacer siquiera hacer una reseña formal cuando el material es tan pobre? No hay nada en Fantastic Four de Trank para analizar. Como muchas opiniones reflejan, sí, se percibe como si fueran dos películas distintas. La segunda, ostensiblemente dirigida por el productor Simon Kinberg o algún otro impuesto por el estudio, es una genérica y mediocre película de superhéroes que destaca por las posturas rudas y pseudoheroicas de los personajes, la cursilería mal empleada y por tener al peor villano en la historia del cine de superhéroes. Me dicen que Doctor Doom es el villano más genial de Marvel, y aunque es algo que en realidad nunca estuve de acuerdo hasta que el escritor Jonathan Hickman lo empezó a usar, en verdad es triste verlo reducida a una caricatura patética. Aquí, Doom tiene la habilidad de hacer explotar cabezas, que estoy seguro que es el efecto que la película tendría en una persona normal de haber durado 15 minutos más.
Pero la primera parte no es superior. Es un asunto soso y aburrido, desprovisto de cualquier tipo de alegría, ingenio, personaje, temática, caracterización o subtexto. Trata – y falla miserablemente – de copiar (o “inspirarse”) en cintas mucho mejores de autores mucho más talentosos y el resultado es sólo una copia barata llevada a la pantalla con una incompetencia sobrecogedora. Fox eligió a Trank debido a la fórmula de darle una película de alto presupuesto a realizadores independientes o de culto que tanto éxito ha tenido en otras películas de superhéroes. Pero ni el más snob-reverso podría considerar lo que vemos en Fantastic Four – las tomas desangeladas, la pedestre iluminación y la nula capacidad de guiar a los actores para que den un desempeño adecuado – como “sensibilidades Indy”.
Si acaso, la unión de estas dos disimiles partes logran hacer algo todavía peor. No puedes pasarte la mitad de la película avergonzándote de estar usando superhéroes y después poner a Doom diciendo “There is no Victor, only Doom”. Pero no se equivoquen; ¿Esa mítica versión que supuestamente Trank tenía hasta que esos malvados ejecutivos de la Fox vinieron y se le destrozaron? Nunca existió. No hay nada en la parte de Fantastic Four que se supone que Trank sí dirigió que eleve el material por encima de lo que vemos: es, de principio a fin, una pinchurrienta película mal hecha.
Lo más triste es el cast desaprovechado. De todos, el único que logra ser convincente es Reg E. Cathey, y en ocasiones Michael Jordan es capaz de darle chispazos de vida a su personaje plano y unidemensional, pero ni Miles Teller ni Kate Mara – dos actores que han comprobado su talento en otras ocasiones – pueden sobresalir por encima del material y la guía que les fueron dados.
Los Fantastic Four tienen dos componentes esenciales: son una familia y son exploradores de lo desconocido. La cinta trata estas dos cualidades de la manera más superficial posible enfocándose a un acercamiento estilo Ultimate Fantastic Four; nada de esto es malo, y si acaso prueba que en mejores manos pudo haber funcionado porque no hubo realmente nada que estuviera en contra de lo que los Fantastic Four deben de ser.
La cinta acaba siendo un curioso artefacto atávico; su calidad la posiciona al lado de cintas de cómics de los 90s, como Spawn, Barb Wire o Steel, en vez de las películas de superhéroe moderna a la que nos acostumbró la misma Fox con X-Men o a la serie de Marvel Studios. Sin embargo, estoy seguro que se sentiría como en casa al lado de futuras entregas del universo fílmico de DC.
La última escena de la cinta nos recuerda al final de Avengers: Age of Ultron, cuando todos los fans esperábamos la frase inmortal que une al equipo. Aquí, acaba justo antes de que digan “Fantastic Four”.
Un ingenioso revés. Mientras que todos los fans queríamos que Avengers: Age of Ultron durara dos segundos más, no creo que hubiera muchos en la audiencia que desearan que Fantastic Fourdurara aunque fuera un segundo más.
-- Héctor Guerra
-- Héctor Guerra