Hace unos días, los organizadores de la Evolution Championship Series, un campeonato mundial de juegos de pelea, se dieron a la tarea de remasterizar en alta definición los mejores momentos de los torneos. Y entre ellos, no hay uno que se pueda igualar al conocido como "EVO Moment #37" entre dos de los mejores jugadores de Street Fighter de la historia: Daigo "La Bestia" Umehara y Justin Wong.
Un poco de trasfondo: despues de años de incontables versiones y precuelas de la segunda parte, Capcom realmente acabó lanzando Street Fighter III. La adición más importante que hizo a la serie fue el parry; la habilidad de desviar los ataques de tus enemigos sin incurrir en daño. Cualquiera que haya jugado un Street Fighter sabe que los ataques especiales, cuando son cubiertos, aun hacen una ligera cantidad de daño - chip damage - lo cual es bastante útil cuando tu oponente está en las ultimas y te quieres deshacer de él fácilmente. Con la introducción del parry, ahora eso se podía evitar. El parry estaba disponible en cualquier momento, y no dependía de barras de energía o algún otro factor externo.
Ah, pero no todo es tan sencillo. Lo cierto es que se tiene una ventana de oportunidad muy corta para ejecutar efectivamente un parry. Estamos hablando de unos 6 cuadros aproximadamente de cuando conecta el ataque. Ya que Street Fighter III corre a 60 cuadros por segundo, estamos hablando que la precisión requerida es de 1/10 de segundo. Aún para un jugador muy experimentado, es una proposición riesgosa en el mejor de los casos y algo difícil de hacer una vez.
Umehara lo hizo 15 veces seguidas.
Durante está pelea por el tercer lugar del campeonato, Wong, jugando con Chun-Li, había dominado a Umehara y su Ken. Ya para cuando estaba a punto de terminar, Umehara estaba enojado y desesperado, pero sus ataques rara vez penetraban las defensas de Wong. Los errores que cometió le permitieron a Wong bajarle la poca cantidad de energía que le quedaba, hasta dejarlo con un solo pixel de ella. Sólo bastaba que Wong ejecutara el Super Art de Chun-Li a la distancia correcta y Umehara se veria en la necesidad de bloquearlo porque, bueno, ¿parry a los 15 golpes del Super Art, incluyendo uno que sólo podía hacerse saltando? Impensable.
Una vez que se defendió exitosamente del ataque, Umehara ejecutó su propio combo, finalizando la pelea con su propio Super Art, dejando a Wong preguntándose qué había pasado. La respuesta, como siempre, se encontraba en el corazón de la batalla.
-Héctor